viernes, 8 de marzo de 2024

Para Albúmina, eterna bailarina del tiempo / Colección: "Cartas que nunca enviaré"

 


Hay movimientos corporales y escénicos que son bellos por sí solos, hay otros movimientos que, teniendo toda esa carga dramática, van acompañados de recuerdos antiguos, con olor a mar, a lluvia, a sueños de liceana y a las calles de nuestro Concepción. Esos movimientos, no se olvidan nunca…

A veces creo o busco pensarte como una eterna bailarina del tiempo, no perdida en este, pero si integrada a este, expresando toda esa intensidad interna, esa potencia que Dios te ha dado, para buscarle y adorarle a él.

Querida Albúmina de mi corazón, aunque pareciera que en esta ventana de tiempo estuviésemos en veredas distintas, quiero decirte desde lo más recóndito de mi alma, que no, no es así… Nuestro amado Dios en su soberanía, ha decidido para cada uno de nosotros, jugar papeles distintos para desarrollar sus providenciales designios. Aunque no estoy de acuerdo con demasiadas cosas con el lugar al que hoy perteneces, principalmente por su escases al valorar la totalidad de la Escritura y otras más… se, que tú tienes un amor sincero por Cristo, y eso, nos hace estar del mismo lado. No niego que me encantaría que pudieses ver lo que yo vi al salir de ahí, ¡Ay hermana mía, es tan distinto todo ahora!, hay tanto sentido en una vida que se delita realmente en Cristo y su Palabra, que no dejo de orar para que esto un día ocurra en tu vida.

La última vez que te vi, sentía tanto dolor todavía, que no hice más que ponerme tiesa como una roca ante tu inesperado saludo. Recuerdo haberte mirado mezquinamente a los ojos y haber pensado… “ella fue mi amiga, me conoce, sabe cómo soy…. por qué nunca me respondió, por qué nunca me escribió…”

Creo que pocas veces el Señor permite que dos almas se conozcan desde tan temprana edad, vivan andanzas mundanas e imprudentes juntas, para luego, por Gracia… solo por Su Gracia, puedan conocerle a Él y tener una vida nueva con Cristo.

Pensé que seríamos amigas toda la vida, … sobre todo por el largo tiempo que habíamos caminado juntas. Aun así, no pierdo la esperanza, y deseo poder encontrarte en un espacio del tiempo, danzando eternamente ante su presencia. Quizás esto, solo pueda ser posible en la eternidad… no lo sé, …. pero nuestro Salvador lo sabe, en el confío.

Te amo, absolutamente, como siempre.

jueves, 7 de marzo de 2024

Escribir desde el Agradecimiento

 


Hay un versículo de la Biblia que ha girado en mi cabeza reiteradamente estos últimos días, y es que apareció una musa inesperada en su forma, pero autentica en amor, la cual con su corazón desprendido y su actuar oportuno han traído a mi memoria las palabras de Jesús una y otra vez: “Es más bienaventurado dar que recibir...”

Esta mujer no se jacta de pertenecer a las filas de ninguna religión, ni de seguir manuales de buen comportamiento como las ya inexistentes conductas de Carreño, ni tampoco de obrar correctamente imitando un tutorial de buen trabajador. Sólo es sincera y ama honestamente sin buscar lo suyo, y creo que eso, es demasiado… ¿Por qué es demasiado?, porque me hace cuestionar mi vida y el cristianismo que profeso llevar, donde Cristo me llama a seguirlo y ser como Él, a entregarme por otros sin buscar en eso ganancia, ni comodidad, ni prosperidad, ni prestigio… Esta mujer con su amor desinteresado hace que cuestione mi actuar cristiano y anhele ser más como Cristo.

Hace unos días atrás recibí un bello bolsito bordado a mano que contenía dentro un caminito de mesa de múltiples colores, unos manteles de cocina y un corazón bordado que atesoraba todos los olores del campo, todo esto hecho por las tiernas manos de una mujer. Este obrar cariñoso y desinteresado de ella, no es la primera vez que se hace presente en las vidas de mi familia y en la mía. Hace muy poco luego de la muerte de mi abuelito Gabriel, el día del funeral, donde la familia nuclear no posee el tiempo ni la mente para pensar en lo que se cocinará ese día, ella, esta amiga cercana y fiel,  nos tomó a todos y nos llevó a su casa, nos preparó unos salvadores y ricos completos y nos cobijó cariñosamente en medio del dolor y la ausencia tan latente de nuestro Negro.

Ella, es una mujer de verdad, como dice mi papá: ¡Jugada y honesta! y veo que tengo mucho que aprender de su corazón.

Querida tía Jeannette éstas líneas son para ti, es mi forma de agradecer tu desinteresado amor. Me gustaría poder hacerlo de muchas más formas y espero que el Señor así me lo permita.

Nuestras oraciones, amor y disposición están para ti y los tuyos. Y sé, que aunque no abraces ninguna religión en particular, Cristo ha hecho un trabajo en tu corazón que anhelo profundamente pueda un día llegar a su máximo esplendor con una conversión total de tu alma.

Te quiero mucho.